martes, 14 de septiembre de 2010

El crash del 2010. (6)


La estructura actual se halla en proceso de profunda modificación debido a que la búsqueda del éxito individual, consustancial a la evolución que ha experimentado el sistema, ha desatendido la necesidad de cumplir cláusulas de estabilidad contenidas en el proyecto iniciado en 1929. El giro adoptado por el sistema tras el crash ha hecho que el planeta haya crecido, mucho, muchísimo, cada vez con más fuerza, pero a costa de entrar en un gasto de todo tipo de recursos desmedido e inostenible que, en la mayor parte de las ocasiones, ha derivado en el puro y simple desperdicio.
El motivo de tal desperdicio ha sido la propia filosofía capitalista. El capitalismo es individualista, es decir, cada individuo debe mirar sí -hacer lo mejor posible lo que le corresponde hacer- a fin de avanzar en su evolución personal, lo que incluye obtener la máxima ganancia en los actos económicos en los que participa, y de lo que se deriva que ningún ente supraindividual, como el Estado, ha de preocuparse de los problemas y quehaceres de los demás porque cada cual debe resolver sus problemas por sí mismo. En consecuencia, cada individuo actuará del mejor modo que pueda y sepa para sí; pero esa forma de proceder lleva implícito el desperdicio de recursos.

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