sábado, 5 de febrero de 2011
El pensamiento desordenado
Es posible que la mala calidad de la política, la incapacidad para el debate de altura, la parvedad de los argumentos, la inconsistencia de las convicciones tengan causas sociológicas estructurales y estén ligadas a nuestra historia ¿aquí la política se desprestigió en las dictaduras¿ y a un modelo de partidos que, vinculado a un mejorable sistema electoral, fomenta la docilidad y el clientelismo e impide la circulación de las élites. Sin embargo, sería deseable que la clase intelectual se implicase más en la denuncia de la mediocridad, aportara materia para el debate, ordenara el pensamiento ¿que nace de la libertad¿ y sirviera de acicate a una excelencia necesaria que no se atisba por parte alguna.
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