viernes, 21 de enero de 2011

Una novela de barrio. (6)


-El caso es que todavía hay mucha gente que come mal, señor Méndez- dijo el dueño anticipado-, como usted mismo acaba de demostrar, y sólo compra en las casquerías, que antes eran parte de la historia gastronómica de nuestro pueblo. Hoy el proletariado, que soñaba con la revolución para cometer un bisté, casi ha desaparecido; pero existe el proletariado de los inmigrantes, que demuestran lo justo y perfecto que se ha hecho el mundo. La revolución social acabarán montándola ellos, cuando sean más que nosotros, de modo que es urgente que coman bien y crean en un chef antes que en Mahoma. La cocina es hoy el espíritu del pueblo, señor Méndez, y estamos llegando muy cerca de la perfección: nadie conoce la Constitución, pero la gente suele conocer la Guía Michelín.

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