La opinión de Antonio Muñoz Molina en su blog.
Es alucinante la información sobre la nueva corruptela administrativa descubierta en Valencia, en esa empresa municipal que tenía encomendada, irónicamente, la tarea de depurar residuos. Asombra el grado de sinvergonzonería de que son capaces las personas, pero asombra más hasta qué punto la administración pública española ha sido despojada de los mecanismos de legalidad y control. Creer que el remedio para la corrupción son los jueces es como confiar en los servicios de urgencias de los hospitales para arreglar los accidentes de tráfico. La prevención es la justicia más eficaz y más barata. Igual que los accidentes se previenen aplicando a rajatabla un códico de circulación efectivo y racional, la corrupción no dejará de ensuciarlo todo si de una vez por todas no se acaba con el clientelismo, el enchufe, la injerencia política, el arbitrio impune. En los años ochenta, cuando yo era funcionario público, los partidos prometían en sus programas la creación de la carrera administrativa: primero, un acceso riguroso y justo a los puestos; segundo, la independencia profesional; tercero, la posibilidad de ir ascendiendo en la administración de acuerdo a criterios objetivos de mérito y experiencia.
Todo quedó en el tintero. Les pareció preferible, a todos los partidos, eliminar controles legales, ampliar el ámbito de las decisiones y de los gastos que solo dependían de ellos, premiar la obediencia política por encima del mérito, siempre sospechoso, crear organismos más o menos fantasmas para colocar a sus parásitos. Así nos ha ido. Muchas personas capaces se han desanimado y se han marchado. Otras sobreviven haciendo lo que pueden con un sentimiento de frustración íntima. Que tantos funcionarios hayan mantenido contra viento y marea su integridad y hayan seguido haciendo su trabajo es admirable. Ahora estalla todo de golpe y parece mentira que durante tantos años no hubiera límite para tanta inmundicia. Una parte del dinero que debemos y no podemos pagar y que hubiera debido emplearse en hacer un país algo más sólido se lo ha gastado esa plaga de sinvergüenzas.
sábado, 31 de diciembre de 2011
miércoles, 28 de diciembre de 2011
¿Estamos de acuerdo con la situación del sistema de justicia en España?
Otro gran apartado la justicia. ¿Estamos de acuerdo con la situación del sistema de justicia en España? ¿Estamos satisfechos? ¿Nos parece que no es mejorable? ¿No hay una reclamación ciudadana creciente (aunque no esté articulada) de que la justicia tenga más autonomía respecto del poder político? ¿No tendríamos que revisar cómo se puede dotar a la justicia de más autonomía respecto del poder político? ¿A ustedes les parece normal que el Consejo General del Poder Judicial termine estando constituido por delegados de los partidos polítcos? ¿A ustedes les parece normal que el Fiscal General del Estado tenga tan poca autonomía del poder político que lo nombra que ese poder tenga capacidad de facto para paralizar una ley, como la Ley de Partidos, o de paralizar a los fiscales? es que no es normal, es que eso hay que revisarlo. No es bueno, ni para quienes quieren administrar justicia con criterios de independencia ni, desde luego, para el país.
Rosa Díez en el discurso de presentación oficial de UPyD.
viernes, 23 de diciembre de 2011
La democracia ganó por goleada
Finalmente la transición resultó ser un éxito. Lo creí entonces y lo sigo pensando ahora que vivimos un momento de revisionismo destructivo. El pacto entre españoles de distinto signo político nos permitió transitar de la dictadura a la democracia a una velocidad mayor de la que el analista más optimista hubiera podido suponer. El éxito del pacto constitucional cabe explicarlo, en parte, por lo reciente que estaba en la memoria el recuerdo de tantos años sin liberrtad. Quienes conocieron los horrores de la guerra y las penalidades de la posguerra sabían lo que había que hacer para que la historia no se volviera a repetir en sus hijos y en sus nietos. Precisamente porque recordaban el pasado tuvieron el valor y la sabiduría de mirar hacia el futuro. No quisieron volver a empezar. Todos cedieron para ganar, para que ganaran sus hijos. Y, aunque parezca una obviedad quizá convenga repetirlo (más que nada para contrarrestar los riesgos de la desmemoria histórica): la Transición no fue un empate entre franquistas y demócratas; la democracia ganó por goleada.
ROSA DÍEZ
martes, 20 de diciembre de 2011
¿y el hombre dónde estaba?
"Yo soy un buen ejemplo de ese crucigrama de pertenecias y rechazos que, como dice Amatya Sen, constituyen la identidad de un individuo, para mí la única aceptable. Peruano, latinoamericano, español, europeo, escritor, periodista, agnóstico en materia religiosa y liberal y demócrata en política, individualista, heterosexual, adversario de dictadores y constructivistas sociales -nacionalistas, fascistas, comunistas, islamistas, indigenistas, etcétera-, defensor del aborto,del matrimonio gay, del Estado laico, de la legalización de las drogas, de la enseñanza de la religión en las escuelas, del mercado y la empresa privada, con debilidades por el anarquismo, el erotismo, el fetichismo, la buena literatura y el mal cine, de mucho sexo y tiroteo. ¿Se agota lo que soy en esa pequeña enumeración en la que, a simple vista, abundan las incoherencias y contradicciones? No. Podría llenar todavía varias páginas más mencionando todo lo que creo ser y no ser y estoy seguro de que siempre se me quedarían muchas cosas en el tintero. Cada una de ellas me solidariza con buen número de personas y me enemista con otras tantas y de toda esa amalgama de tensiones y fraternidades, que nunca se aquieta, que está siempre rehaciéndose resulta mi identidad, la única en que me reconozco. Todo el mundo podría decir otro tanto de sí mismo, si se examina con imparcialidad."
Mario Vargas Llosa, "¿Y el hombre dónde estaba?"
jueves, 15 de diciembre de 2011
miércoles, 14 de diciembre de 2011
El catalanismo es un tigre de papel
La opinión de Jesús Royo en La Voz LIbre.
En el País Vasco, el miedo es palpable, es un pringue que todo lo ensucia y hace el aire irrespirable. Durante muchos, demasiados años, había que cerrar las ventanas para hablar de política, o uno se mordía la lengua en los lugares públicos, o se aceptaban con los ojos bajos las bravuconadas del batasuno de turno: “mucho ojito con lo que dices”, o “me he quedado con tu cara”. Tantos tiros en la nuca han servido para apelmazar el cuerpo social en torno al miedo, que hasta en los escaparates se evitan los colores rojo y amarillo: debe dominar el verde, el color de los robles de los bosques de la patria. Y el miedo es el que hace que la gente se aparte prudentemente de aquél que ETA -o su portavoz autorizado- ha marcado como objetivo a batir. Es el fenómeno obsceno de “la diana viviente” en torno a quien huele a muerto: los vecinos protestan porque un policía vive en la escalera, lo cual supone un peligro, sobre todo para las criaturas. En el País Vasco el miedo es espeso y lacerante, y ya veremos cómo se lo van a quitar de encima cuando todo esto acabe. Mi felicitación a los cómicos -luego blasfemos- de 'Vaya semanita': con la risa contribuyen a desprestigiar todo ese mundo mental batasuno autorreferente, cansino y ridículo.
Allá el miedo es espeso y huele a gomadós. En cambio en Cataluña el miedo se distribuye más discretamente, pero con eficacia semejante. Aquí no se mueve nadie, porque al que se mueva le cae encima el oprobio, la bronca y la condena de la Patria. Las consignas circulan a velocidad pasmosa: hay mucha gente dispuesta a hacerlas correr y muchos más dispuestos a dejarse convencer. Las comidas, los comentarios informales en el trabajo, los chascarrillos a la hora de la birra, los correos electrónicos, todo son puntos nodulares de una tupida red de valoraciones “desde el punto de vista nacional”. Una pequeña mafia que señala a quién hay que encumbrar y a quién hundir en el descrédito. Un día, por ejemplo, cité a Francesc de Carreras como ejemplo de pensamiento libre y ética impecable, y alguien que no lo conocía de nada me respondió que “claro, el caso de Francesc hay que comprenderlo, porque su ambiente familiar no es muy favorable a Cataluña”. Está casado felizmente con una riojana. ¡Y eso era motivo suficiente para desactivar toda su difícil integridad, la coherencia de sus opiniones, todo! A mí, profesor de secundaria, que en sesión de claustro me opuse a la prohibición de dar clase de castellano, con una argumentación muy parecida a la del TC, me cayó encima un chaparrón de descalificaciones, a grito pelao, relacionándome con los legionarios que entraron a degüello Diagonal abajo el año 39. La bronca quizá hizo mella en mí, quizá no, pero la misión del sacramental era claro: declarar que mis opiniones no eran tolerables, o sea que no se le ocurriera a nadie compartirlas ni confraternizar con ellas. Así es como ha ido construyéndose esa telaraña de opiniones obligatorias, de opiniones sospechosas y de opiniones directamente prohibidas. Y las personas avisadas, las que saben navegar -¡y flotar!- en las procelosas aguas catalanas, saben perfectamente a qué atenerse. La inmersión no es, como avisaba Maria Pla, profesora universitaria, cuando se implantó, “usar a los niños como soldados de la patria”, algo tremendamente peligroso. No, según las consigna mil veces repetida, la inmersión es lo más justo y saludable, en especial para los castellanohablantes, que así pueden escalar puestos en la sociedad, “como los catalanes de verdad”.
Mucha gente no comulga, pero calla. Callan los periodistas, porque si no, ¿dónde publicarían? Callan los profesores, porque no vas a jugarte las virollas por una tontería así. Callan todos los que tienen un puesto de trabajo relacionado aunque sea tangencialmente con la causa nacional: funcionarios, policías, médicos. Es así como se ha ido construyendo este monstruo, inflado con sus propias amenazas y sobre todo con nuestros silencios. Pero es un monstruo de papel, un globito inofensivo al que solo hace temible nuestro miedo. Hay que pincharlo, ya. Verán qué risa.
En el País Vasco, el miedo es palpable, es un pringue que todo lo ensucia y hace el aire irrespirable. Durante muchos, demasiados años, había que cerrar las ventanas para hablar de política, o uno se mordía la lengua en los lugares públicos, o se aceptaban con los ojos bajos las bravuconadas del batasuno de turno: “mucho ojito con lo que dices”, o “me he quedado con tu cara”. Tantos tiros en la nuca han servido para apelmazar el cuerpo social en torno al miedo, que hasta en los escaparates se evitan los colores rojo y amarillo: debe dominar el verde, el color de los robles de los bosques de la patria. Y el miedo es el que hace que la gente se aparte prudentemente de aquél que ETA -o su portavoz autorizado- ha marcado como objetivo a batir. Es el fenómeno obsceno de “la diana viviente” en torno a quien huele a muerto: los vecinos protestan porque un policía vive en la escalera, lo cual supone un peligro, sobre todo para las criaturas. En el País Vasco el miedo es espeso y lacerante, y ya veremos cómo se lo van a quitar de encima cuando todo esto acabe. Mi felicitación a los cómicos -luego blasfemos- de 'Vaya semanita': con la risa contribuyen a desprestigiar todo ese mundo mental batasuno autorreferente, cansino y ridículo.
Allá el miedo es espeso y huele a gomadós. En cambio en Cataluña el miedo se distribuye más discretamente, pero con eficacia semejante. Aquí no se mueve nadie, porque al que se mueva le cae encima el oprobio, la bronca y la condena de la Patria. Las consignas circulan a velocidad pasmosa: hay mucha gente dispuesta a hacerlas correr y muchos más dispuestos a dejarse convencer. Las comidas, los comentarios informales en el trabajo, los chascarrillos a la hora de la birra, los correos electrónicos, todo son puntos nodulares de una tupida red de valoraciones “desde el punto de vista nacional”. Una pequeña mafia que señala a quién hay que encumbrar y a quién hundir en el descrédito. Un día, por ejemplo, cité a Francesc de Carreras como ejemplo de pensamiento libre y ética impecable, y alguien que no lo conocía de nada me respondió que “claro, el caso de Francesc hay que comprenderlo, porque su ambiente familiar no es muy favorable a Cataluña”. Está casado felizmente con una riojana. ¡Y eso era motivo suficiente para desactivar toda su difícil integridad, la coherencia de sus opiniones, todo! A mí, profesor de secundaria, que en sesión de claustro me opuse a la prohibición de dar clase de castellano, con una argumentación muy parecida a la del TC, me cayó encima un chaparrón de descalificaciones, a grito pelao, relacionándome con los legionarios que entraron a degüello Diagonal abajo el año 39. La bronca quizá hizo mella en mí, quizá no, pero la misión del sacramental era claro: declarar que mis opiniones no eran tolerables, o sea que no se le ocurriera a nadie compartirlas ni confraternizar con ellas. Así es como ha ido construyéndose esa telaraña de opiniones obligatorias, de opiniones sospechosas y de opiniones directamente prohibidas. Y las personas avisadas, las que saben navegar -¡y flotar!- en las procelosas aguas catalanas, saben perfectamente a qué atenerse. La inmersión no es, como avisaba Maria Pla, profesora universitaria, cuando se implantó, “usar a los niños como soldados de la patria”, algo tremendamente peligroso. No, según las consigna mil veces repetida, la inmersión es lo más justo y saludable, en especial para los castellanohablantes, que así pueden escalar puestos en la sociedad, “como los catalanes de verdad”.
Mucha gente no comulga, pero calla. Callan los periodistas, porque si no, ¿dónde publicarían? Callan los profesores, porque no vas a jugarte las virollas por una tontería así. Callan todos los que tienen un puesto de trabajo relacionado aunque sea tangencialmente con la causa nacional: funcionarios, policías, médicos. Es así como se ha ido construyendo este monstruo, inflado con sus propias amenazas y sobre todo con nuestros silencios. Pero es un monstruo de papel, un globito inofensivo al que solo hace temible nuestro miedo. Hay que pincharlo, ya. Verán qué risa.
lunes, 12 de diciembre de 2011
Elogio al bloque
Vivo en L´Hospitalet de Llobregat, ciudad de bloques. El bloque es una construcción injustamente tratada, es cierto que es una vivienda fea y que no es la ideal, ni es la morada con la que sueña nadie. Todo eso es cierto. Pero también es cierto que el bloque supuso un paso adelante en multitud de inmigrantes que vinieron en busca de una mejor vida y la lograron gracias a los bloques. Muchas personas que dejaron chabolas y otras construcciones infrahumanas para intalarse en unas viviendas que suponían una gran mejora en su calidad de vida. La vida no es perfecta pero para muchos es mejor gracias a los bloques. El mundo no se acaba en el Eixample.
Diógenes digitales
La cultura no se comecializa en pastillas que, colocadas bajo la lengua, transmitan de inmediato sus beneficiosos efectos y conviertan, como sucedía con el dinero del Arcipreste de Hita, "al necio y rudo labardor... en hidalgo doctor". La cultura, también la digital, exige unos tiempos, un esfuerzo, una dedicación: de nada sirve bajarse toda la discografía de los Beatles, todos los libros de Miguel Delibes o todas las películas de John Ford si no escuchamos los discos, leemos los libros o vemos las palículas. Internet nos ha convertido en obscenos nuevos ricos, acumuladores de cultura. Millones de Diógenes digitales rellenan cada día cientos de discos duros con toneladas de conocimiento. Jamás abrirán esos archivos: necesitarían diez vidas para hacerlo. Además prefieren ver la televisión.
Javier Pérez de Albéniz
Dar las gracias por trabajar
"¿Quién se hubiera atrevido a venir aquí de saber lo que le esperaba? Por muy desesperado que uno esté por sobrevivir, hay otros sitios donde poder trabajar sin que le discriminen a uno por su origen, ¿o no? ¿O es que los desplazamientos de población por razón de trabajo, de pura supervivencia, son tan ciegos que no ven que donde van a por trabajo les van a rechazar? Pero no nos equivoquemos, queridos amigos: todo inmigrante que llega y se queda es porque alguien del lugar le da trabajo, ni más ni menos. Y después es cuando surge y actúa el nacionalismo, para decirle que está trabajando de milagro, que tiene que dar las gracias por trabajar no sólo a quien le da esa posibilidad sino también al que no hubiera querido ni que viniera por aquí".
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN
domingo, 11 de diciembre de 2011
Vascos de verdad
"Y sobre mi pertenencia al País Vasco yo me considero maketo, repito. Porque qué ocurre con quienes se consideran sólo españoles y viven en el País Vasco. ¿Es igual para ellos vivir en el País Vasco que vivir, pongamos por caso, en Soria? Yo considero que es necesario tener en cuenta que vivimos en el País Vasco. Lo que ocurre es que el concepto de vasco lo han monopolizado los nacionalistas vascos y no hay forma de quitárselo. Además hay un factor añadido y es que desde fuera, desde el resto de España, también se considera vascos de verdad sólo a los que tienen apellidos vascos".
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN DELGADO
sábado, 10 de diciembre de 2011
Chesterton #15 M
La opinión de Antón Losada en El Periódico de Catalunya.
"Para no acabar siendo juguetes rotos de cuatro oprtunistas, los indignados deberían tener muy presente la realista sabiduría de Chesterton cuando dijo que no se puede hacer una revolución para tener la democracia, hay que tener la democracia para hacer una revolución".
¿Qué es ser "tolerante" o "racista" en la actualidad?
¿Qué es ser "tolerante" o "racista" en la actualidad? En su notable "Los otros y nosotros", una obra de investigación cuyo tema son las relaciones de vecindad en Ciutat Vella de Barcelona, Mikel Aramburu nos describe cómo, al observar sus conductas reales en la vida cotidiana, casi todos los informantes que habían explicitado opiniones descalificadoras sobre el aumento de la población de extranjeros en el barrio las desmentían en sus interrelaciones efectivas con sus vecinos africanos, asiáticos o latinoamericanos, lo que le permitía al autor considerar "un fenómeno muy generalizado: la relativa independencia que guardan las representaciones sobe los inmigrantes como categoría social respecto a las relaciones como inmigrantes de carne y hueso". Algo parecido sucedía, aunque fuera en un sentido inverso, con los nuevos vecinos de clase media que habían venido a asentarse en el barrio como consecuencia del proceso de gentrificación que había experimentado en los últimos años. Así, mientras los vecinos más pobres del Raval, los mismos que solían reponder de manera políticamente incorrecta a las encuestas y cuyo número provocaba la alarma mediática, llevaban a sus hijos a los mismos colegios públicos del barrio a los que acudían los hijos de los inmigrantes, con los que acababan mezclándose, los pulcros profesionales que habían adquirido pisos nuevos o lofts en la zona, que jamás contestarían de forma inadecuada a una entrevista sobre actitudes hacia los extranjeros, matriculaban a sus hijos en colegios privados o concertados o en escuelas públicas alejadas del barrio, donde podían quedar a salvo de los aspectos menos amables de la diversidad. Ellos son los "tolerantes" de nuestros días.
Sociedades movedizas, MANUEL DELGADO
viernes, 9 de diciembre de 2011
Calles...
"¿Qué es la calle sino un espacio peculiar, con sus velocidades e intensidades, dibujadas en una ley secreta que dormita entre los objetos y en el mutismo plástico-motriz de los viandantes? Todas esas significaciones ambulantes que decoran el paisaje artficial se convierten en objetos sentidos unos para otros, interpretados unos por otros en una sinfonía de lugares laberínticos y efemérides estéticas, textura fútil que es la materia misma de la que están hechos, en su irrompible fragilidad, los espacios en que vivimos."
Las formas de la exterioridad, JOSÉ LUIS PARDO.
jueves, 8 de diciembre de 2011
No perdono a los verdugos
"... Hemos aprendido a no ser neutrales en tiempos de crisis, porque la neutralidad siempre ayuda al agresor no a la víctima.
Hemos aprendido que el silencio no es nunca la respuesta. Hemos aprendido que lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia".
ELIE WIESEL, premio Nobel de la Paz y superviviente de Auschwitz.
lunes, 7 de noviembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
sábado, 10 de septiembre de 2011
martes, 2 de agosto de 2011
Toni Cantó se pringa en política
- ¿Es cierto que está dispuesto a saltar a la política y presentarse a diputado por el partido de Rosa Díez?
-
- Creo que hace falta que las cosas cambien. Yo apoyo plenamente a UPyD porque es el único partido capaz de ofrecer una alternativa al bipartidismo que provoca el sistema. Esa dejadez hace que a la gente le dé pereza cambiarlo: cree que es imposible. Pero eso es mentira: sí se puede cambiar. Hay que votar para poder quejarse. Hay que intentar priengarse en política, porque el país lo necesita. Los dos partidos mayoritarios y los nacionalistas no están a la altura de lo que hace falta para levantar el país.
-Entonces, está dispuesto...
- Colaboro en temas de cultura. No sé si entraré en las listas, porque en mi partido sí hay primarias reales, a diferencia del PSOE. Pero sí: a mí me gusta mucho la política.
martes, 26 de julio de 2011
El hundimiento de Hitler y el de Zapatero
La opinión de Carlos Carnicero en El Periódico de Catalunya.
Hay paralelismos cogidos con pinzas que, sin embargo, no resisten la tentación del escritor. Me refiero a la película El hundimiento, donde se relatan los últimos días de Hitler en su búnker de Berlín. Como voy a hablar de la resistencia de Rodríguez Zapatero a reconocer el desmoronamiento del PSOE, debo aclarar, para no inducir a equívocos, que la comparación solo se refiere a la metodología de la pérdida del poder y no a la naturaleza evidentemente antagónica de los dos personajes.
Los historiadores coinciden en que el fracaso de la ofensiva de las Ardenas sentenció definitivamente la segunda guerra mundial. Pero la locura de Hitler siguió haciéndole creer en la existencia de las divisiones que solo existían en sus mapas. Ahora el escándalo de los ERE de Andalucía se constituye en las Ardenas del PSOE. Las encuestas revelan su caída en picado, no tanto por la revalorización del PP como por la espantada en las filas socialistas.
La rebelión es sorda y sigilosa, porque nadie se atreve a decirle a Zapatero que sus divisiones son de papel. Y la marca PSOE se ha vuelto un inconveniente que a muchos líderes locales les gustaría esquivar. Pero la historia está llena de ejemplos de suicidios políticos y militares. Napoleón debería saber que el invierno ruso era invencible. Más de 200.000 soldados murieron en la retirada de Moscú por un arma inexpugnable: el frío.
Zapatero simula que no ocurre nada que no sea reversible. No reacciona y su hoja de ruta permanece aparentemente inalterable contando con divisiones que ya no tienen carácter operativo. Las últimas encuestas demuestran que la línea de defensa de Andalucía ya no resiste los embates del ejército del PP. El hundimiento del PSOE promete ser espectacular, pero no hay reacción posible cuando el talento solo se sustenta en la convicción de estar ungido por la suerte. La debacle puede ser histórica. Y Rajoy, como hicieron los rusos, solo tiene que esperar que el frío que rodea al PSOE termine por hacer su labor.
Hay paralelismos cogidos con pinzas que, sin embargo, no resisten la tentación del escritor. Me refiero a la película El hundimiento, donde se relatan los últimos días de Hitler en su búnker de Berlín. Como voy a hablar de la resistencia de Rodríguez Zapatero a reconocer el desmoronamiento del PSOE, debo aclarar, para no inducir a equívocos, que la comparación solo se refiere a la metodología de la pérdida del poder y no a la naturaleza evidentemente antagónica de los dos personajes.
Los historiadores coinciden en que el fracaso de la ofensiva de las Ardenas sentenció definitivamente la segunda guerra mundial. Pero la locura de Hitler siguió haciéndole creer en la existencia de las divisiones que solo existían en sus mapas. Ahora el escándalo de los ERE de Andalucía se constituye en las Ardenas del PSOE. Las encuestas revelan su caída en picado, no tanto por la revalorización del PP como por la espantada en las filas socialistas.
La rebelión es sorda y sigilosa, porque nadie se atreve a decirle a Zapatero que sus divisiones son de papel. Y la marca PSOE se ha vuelto un inconveniente que a muchos líderes locales les gustaría esquivar. Pero la historia está llena de ejemplos de suicidios políticos y militares. Napoleón debería saber que el invierno ruso era invencible. Más de 200.000 soldados murieron en la retirada de Moscú por un arma inexpugnable: el frío.
Zapatero simula que no ocurre nada que no sea reversible. No reacciona y su hoja de ruta permanece aparentemente inalterable contando con divisiones que ya no tienen carácter operativo. Las últimas encuestas demuestran que la línea de defensa de Andalucía ya no resiste los embates del ejército del PP. El hundimiento del PSOE promete ser espectacular, pero no hay reacción posible cuando el talento solo se sustenta en la convicción de estar ungido por la suerte. La debacle puede ser histórica. Y Rajoy, como hicieron los rusos, solo tiene que esperar que el frío que rodea al PSOE termine por hacer su labor.
martes, 19 de julio de 2011
Striptease
domingo, 17 de julio de 2011
Palabras que suenen, aunque no digan nada
Debo asumir también que hoy sólo existen programas electorales, financiaciones (legales o no), votos y sobre todo palabras que suenen, aunque no digan nada (tampoco decían nada las grandes frases revolucioanrias, cierto, pero la gente aceptaba el riesgo de morir por ellas). Hoy, un novelista fiel a su tiempo debe aceptar que vivimos en países normalizados -su trabajo costó-, y que no es necesario tener ideales ni sueños, a no ser sueños de alcance comarcal y transferible. Los sueños de vida o muerte los tienen los que revientan en las pateras, pero ése no es problema nuestro.
FRANCISCO GONZÁLEZ LEDESMA.
miércoles, 13 de julio de 2011
Morir emparedado
La niñez es generosa: hasta la adolescencia no se me ocurrió pensar que vivía en un mal piso. Luego, sí; luego, cuando fui a un colegio bien, el de los escolapios de Diputació, me daba vergüenza incluso enseñar mi calle, como a mamá le llegó a dar vergüenza que entraran en casa las visitas. Pero, por eso mismo, allí se descubría que tenía que haber algo mejor, y que si no querías morir emparedado, tenías que descubrirlo.
Historia de mis calles, FRANCISCO GONZÁLEZ LEDESMA.
domingo, 3 de julio de 2011
Un lugar sin significado
Arcadi Espada en El Mundo.
El nacionalismo tiene razón cuando dice que los 350.000 euros anuales que cuesta la traducción simultánea en el Senado, un uno por ciento de su prepuesto, es un gasto “no excesivo”. El exceso se calcula en relación al grado de necesidad. Y para los nacionalistas locales la lengua es su máximo rasgo identitario. ¿Cómo va a ser excesiva la identidad? El argumento lingüístico sustenta igualmente las decenas de canales autonómicos. Y es el que decide las políticas culturales nacionalistas, allí donde la propagación de la información y el conocimiento están subordinadas a la propagación de la identidad.
Cabe subrayar que, en el caso de la lengua, la política nacionalista no arraiga en el vacío. Es un lugar común contemporáneo que las lenguas merecen protección. Como la salud. Que son, también, un patrimonio cultural. Como las catedrales. Este mismo periódico se muestra justamente beligerante contra la ridícula decisión del Senado, y no sólo ridícula en términos económicos, sino también por lo que esa decisión supone de falacia: España no es un país multilingüe como Suiza o Bélgica, sino un país que dispone de una koiné eficaz: el español es nuestro pinganillo. Pero la beligerancia concreta y local de este periódico se esfuma cada dos por tres cuando publica dulces reportajes melancólicos sobre las lenguas que se pierden (ninguna lengua se pierde, sólo se transforma: de ahí que una inteligencia “identitaria” inteligente siempre prefiera, en la lengua y en la vida, el acento, la manera, la influencia, antes que la frontera y el volapuk); o cuando alude a la “riqueza lingüística” española: lo único que hace esa riqueza es costar dinero, y a manos llenas.
La diversidad lingüística peninsular, como los propios nacionalistas, son datos de la realidad, inesquivables en esta época pueril de España. Es inútil hacer como si no existieran. Pero la aceptación de la realidad no equivale a somterse a ella y, aun menos, a su acrítico ennoblecimiento. ¡Como si un noruego fuera a decir que sus inviernos son un patrimonio y una riqueza! Son. Y lo único sensato que puede hacerse ante ellos es abrigarse.
Es una curiosidad interesante, por último, que esta ceremonia multilingüe haya tenido lugar en el Senado. Las aportaciones del Senado a la democracia española son puramente inefables. Igual que nuestros nacionalismos la llamada Cámara Alta tiene un grave problema de identidad. Siempre ha sido un lugar sin significado. Y nunca se vio más claro que en la orgía significante del pasado martes, pinganillo.
El nacionalismo tiene razón cuando dice que los 350.000 euros anuales que cuesta la traducción simultánea en el Senado, un uno por ciento de su prepuesto, es un gasto “no excesivo”. El exceso se calcula en relación al grado de necesidad. Y para los nacionalistas locales la lengua es su máximo rasgo identitario. ¿Cómo va a ser excesiva la identidad? El argumento lingüístico sustenta igualmente las decenas de canales autonómicos. Y es el que decide las políticas culturales nacionalistas, allí donde la propagación de la información y el conocimiento están subordinadas a la propagación de la identidad.
Cabe subrayar que, en el caso de la lengua, la política nacionalista no arraiga en el vacío. Es un lugar común contemporáneo que las lenguas merecen protección. Como la salud. Que son, también, un patrimonio cultural. Como las catedrales. Este mismo periódico se muestra justamente beligerante contra la ridícula decisión del Senado, y no sólo ridícula en términos económicos, sino también por lo que esa decisión supone de falacia: España no es un país multilingüe como Suiza o Bélgica, sino un país que dispone de una koiné eficaz: el español es nuestro pinganillo. Pero la beligerancia concreta y local de este periódico se esfuma cada dos por tres cuando publica dulces reportajes melancólicos sobre las lenguas que se pierden (ninguna lengua se pierde, sólo se transforma: de ahí que una inteligencia “identitaria” inteligente siempre prefiera, en la lengua y en la vida, el acento, la manera, la influencia, antes que la frontera y el volapuk); o cuando alude a la “riqueza lingüística” española: lo único que hace esa riqueza es costar dinero, y a manos llenas.
La diversidad lingüística peninsular, como los propios nacionalistas, son datos de la realidad, inesquivables en esta época pueril de España. Es inútil hacer como si no existieran. Pero la aceptación de la realidad no equivale a somterse a ella y, aun menos, a su acrítico ennoblecimiento. ¡Como si un noruego fuera a decir que sus inviernos son un patrimonio y una riqueza! Son. Y lo único sensato que puede hacerse ante ellos es abrigarse.
Es una curiosidad interesante, por último, que esta ceremonia multilingüe haya tenido lugar en el Senado. Las aportaciones del Senado a la democracia española son puramente inefables. Igual que nuestros nacionalismos la llamada Cámara Alta tiene un grave problema de identidad. Siempre ha sido un lugar sin significado. Y nunca se vio más claro que en la orgía significante del pasado martes, pinganillo.
jueves, 30 de junio de 2011
De ciudades.
Se afirman sobre su continuidad física, y sobre la continuidad no menos física del sudor y la respiración de sus gentes, más allá de las demarcaciones artificiales sobre las que tratan de imponer su precario designio los ayuntamientos. Uno puede dividir un país, de hecho muchos lo consiguen cotidianamente, pero no hay modo de dividir una ciudad. Todos los que alguna vez lo intentaron, acabaron fracasando. Tanto da que alcen muros, de hormigón, de ideologías o de lenguas. La ciudad los derriba siempre, para seguir bullendo conforme a su lógica primaria y animal. Quizá por eso sea una de las más poderosas construcciones humanas, desde las polis de Grecias hasta las cosmópolis del presente.
LORENZO SILVA
Las cosas difíciles...
Las circunstancias difíciles son las que muestran a los hombres. Cuando des con una, recuerda que la divinidad te prueba oponiéndote a ese duro contrincante. Pero recuerda que la puerta está abierta. No seas más cobarde que los niños, sino que igual que ellos cuando algo no les gusta dicen: "Ya no juego", tú también, cuando te parezca que las cosas están de esa manera, di "ya no juego" y márchate. Pero si te quedas, no te quejes.
EPICTETO
viernes, 17 de junio de 2011
martes, 14 de junio de 2011
¿por qué cualquier crítica a los planteamientos del catalanismo es tildada de anticatalanismo?
La opinión de Joseba Arregui en El Periódico de Catalunya.
Ya se celebraron las elecciones y los catalanes hablaron. Pero los que más están hablando de nuevo son los partidos políticos que operan en Catalunya. Por eso, el título que se refiere a Catalunya no sé si es correcto, porque Catalunya probablemente no solo es lo que aparece en la opinión de los partidos políticos que hablan de ella.
Desde la distancia: quiere decir la distancia que, en el caso de quien escribe, se ha ido acrecentando en los últimos años. Desde una sensación de cercanía y simpatía profundas, a una sensación que no significa lo contrario, sino fundamentalmente dificultad para entender lo que está sucediendo en Catalunya. O quizá mejor: no se trata de dificultad para entender lo que está ocurriendo en Catalunya, sino de dificultad para entender las reacciones que parecen mayoritarias en los partidos políticos y que articulan la reflexión sobre lo que está sucediendo en Catalunya.
La mejor manera de responder a esa creciente distancia, a esa creciente dificultad para entender la articulación de esas reacciones, podría ser, probablemente, la de callarse. La mejor manera de responder a esa creciente distancia podría ser la de aceptar el veredicto de la parte de la opinión catalana publicada que dice que quienes han sido críticos con la forma de plantear y llevar adelante todo lo referido al nuevo Estatut, incluido el discurso que se ha convertido en oficial al respecto, responden a un anticatalanismo profundo, que pertenecen a la caverna mesetaria, a un profundo nacionalismo español conservador y de derechas. Sea.
Uno se pregunta, además, qué sentido tiene preocuparse por otros vecinos de la casa común si no está seguro de que quieran seguir siendo vecinos suyos, si quieren seguir habitando en la misma casa o están esperando la mejor ocasión para salir de ella e independizarse como hacen los hijos en cuanto tienen esa oportunidad. Pese a todo, y desde la posición de compartir una lengua común, que no es ni la específica de Catalunya ni la lengua de familia de quien escribe, uno sigue aferrado a la idea de que aún compartimos algo. Desde esa idea, quizá ilusoria, uno se hace algunas preguntas.
¿Por qué cualquier crítica a los planteamientos que hace el nacionalismo catalán, o el catalanismo, es tildada de anticatalanismo? Uno se atreve a pensar que lo más democrático de las constituciones, la garantía de las libertades y derechos fundamentales, vale también y sobre todo para la libertad de no estar sometido a una ortodoxia dogmática que define lo que es ser buen catalán, buen vasco, buen español. Alguien escribió hace años -John Dewey- que lo que más se necesitaba en su tiempo era creatividad e innovación, pero que ni la una ni la otra eran posibles sin crítica, especialmente sin autocrítica. ¿Cómo es posible la crítica y la autocrítica si la opinión pública de una sociedad como la catalana se inmuniza frente a cualquier crítica?
¿Está prohibido pensar que el nuevo Estatut no plantea una federalización de España, sino que tiende a una confederalización del Estado? ¿No es posible, e incluso obligado, tratar de diferenciar el federalismo del confederalismo? Uno puede entender el argumento de que la política de inmersión lingüística en catalán es muy efectiva. Uno puede entender el argumento de que buena parte de la población catalana acepta dicha política. ¿Pero es tan difícil de entender que haya quienes no acepten el argumento de que la alternativa a la política de inmersión sea la segregación escolar en comunidades lingüísticas, como si la utilización en alguna medida pequeña del español como lengua vehicular forzara la segregación escolar en comunidades lingüísticas, que no lo hace?
Ya se celebraron las elecciones y los catalanes hablaron. Pero los que más están hablando de nuevo son los partidos políticos que operan en Catalunya. Por eso, el título que se refiere a Catalunya no sé si es correcto, porque Catalunya probablemente no solo es lo que aparece en la opinión de los partidos políticos que hablan de ella.
Desde la distancia: quiere decir la distancia que, en el caso de quien escribe, se ha ido acrecentando en los últimos años. Desde una sensación de cercanía y simpatía profundas, a una sensación que no significa lo contrario, sino fundamentalmente dificultad para entender lo que está sucediendo en Catalunya. O quizá mejor: no se trata de dificultad para entender lo que está ocurriendo en Catalunya, sino de dificultad para entender las reacciones que parecen mayoritarias en los partidos políticos y que articulan la reflexión sobre lo que está sucediendo en Catalunya.
La mejor manera de responder a esa creciente distancia, a esa creciente dificultad para entender la articulación de esas reacciones, podría ser, probablemente, la de callarse. La mejor manera de responder a esa creciente distancia podría ser la de aceptar el veredicto de la parte de la opinión catalana publicada que dice que quienes han sido críticos con la forma de plantear y llevar adelante todo lo referido al nuevo Estatut, incluido el discurso que se ha convertido en oficial al respecto, responden a un anticatalanismo profundo, que pertenecen a la caverna mesetaria, a un profundo nacionalismo español conservador y de derechas. Sea.
Uno se pregunta, además, qué sentido tiene preocuparse por otros vecinos de la casa común si no está seguro de que quieran seguir siendo vecinos suyos, si quieren seguir habitando en la misma casa o están esperando la mejor ocasión para salir de ella e independizarse como hacen los hijos en cuanto tienen esa oportunidad. Pese a todo, y desde la posición de compartir una lengua común, que no es ni la específica de Catalunya ni la lengua de familia de quien escribe, uno sigue aferrado a la idea de que aún compartimos algo. Desde esa idea, quizá ilusoria, uno se hace algunas preguntas.
¿Por qué cualquier crítica a los planteamientos que hace el nacionalismo catalán, o el catalanismo, es tildada de anticatalanismo? Uno se atreve a pensar que lo más democrático de las constituciones, la garantía de las libertades y derechos fundamentales, vale también y sobre todo para la libertad de no estar sometido a una ortodoxia dogmática que define lo que es ser buen catalán, buen vasco, buen español. Alguien escribió hace años -John Dewey- que lo que más se necesitaba en su tiempo era creatividad e innovación, pero que ni la una ni la otra eran posibles sin crítica, especialmente sin autocrítica. ¿Cómo es posible la crítica y la autocrítica si la opinión pública de una sociedad como la catalana se inmuniza frente a cualquier crítica?
¿Está prohibido pensar que el nuevo Estatut no plantea una federalización de España, sino que tiende a una confederalización del Estado? ¿No es posible, e incluso obligado, tratar de diferenciar el federalismo del confederalismo? Uno puede entender el argumento de que la política de inmersión lingüística en catalán es muy efectiva. Uno puede entender el argumento de que buena parte de la población catalana acepta dicha política. ¿Pero es tan difícil de entender que haya quienes no acepten el argumento de que la alternativa a la política de inmersión sea la segregación escolar en comunidades lingüísticas, como si la utilización en alguna medida pequeña del español como lengua vehicular forzara la segregación escolar en comunidades lingüísticas, que no lo hace?
sábado, 11 de junio de 2011
El nacionalismo es una plaga del mundo moderno y también de España
Os copio una parte del discurso que leyó Mario Vargas Llosa en Estocolmo.
Pero ahí queda la Transición española, un ejemplo de cómo, cuando, la sensatez y la racionalidad prevalecen y los adversarios políticos aparcan el sectarismo en favor del bien común, pueden ocurrir hechos tan prodigiosos como los de las novelas del realismo mágico. En definitiva, un prodigio del que surgió una nación nueva, dice Llosa, una sombra. Grave sombra: el nacionalismo. Detesto toda forma de nacionalismo, ideología -o, más bien, religión- provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas.
Pero ahí queda la Transición española, un ejemplo de cómo, cuando, la sensatez y la racionalidad prevalecen y los adversarios políticos aparcan el sectarismo en favor del bien común, pueden ocurrir hechos tan prodigiosos como los de las novelas del realismo mágico. En definitiva, un prodigio del que surgió una nación nueva, dice Llosa, una sombra. Grave sombra: el nacionalismo. Detesto toda forma de nacionalismo, ideología -o, más bien, religión- provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas.
sábado, 4 de junio de 2011
Clientelismo
Lo que me parece deseable es que el máximo protagonismo corresponda a la sociedad como tal. La participación del individuo no debe limitarse al momento de depositar un voto. Necesitamos instituciones que, desde una total independecia, tengan más fuerza, más presencia, y que los poderes políticos les concedan protagonismo y lo reconozcan. Me parece que tanto la derecha como la izquierda en España tiene cierto recelo a confiar en la sociedad civil y en su capacidad de decisión. Pienso, por ejemplo, en un capítulo tan socorrido como es el de las subvenciones. Las subvenciones, en casi todos los casos, se covierten en "clientelismo" legalizado.
Estas declaraciones las hizo monseñor Elías Yanes en 1996. Han pasado los años y no estamos igual, estamos peor.
Estas declaraciones las hizo monseñor Elías Yanes en 1996. Han pasado los años y no estamos igual, estamos peor.
domingo, 29 de mayo de 2011
Neopuritanismo
"El neopuritanismo no sólo debe entenderse, pues, como una nueva tiranía, sino como la senda más directa a la consolidación de la estulticia, empeñada en negar la diversidad, la pluralidad y, en fin, la realidad misma. Una realidad en la que hay personas que prefieren no ser lobos enfrentados a otros lobos".
MARGARITA RIVIÈRE, La década de la decencia.
sábado, 14 de mayo de 2011
domingo, 20 de marzo de 2011
jueves, 10 de marzo de 2011
¡Están locos, esos galos!
Jordi Mercader, el que fuera jefe de prensa de Maragall critica en El Periódico de Catalunya a los guardianes de la lengua catalana.
Cada vez que uno de esos maravillosos jugadores del Barça recién llegados de países lejanos pronuncia unas breves y tópicas palabras en catalán, muchos lo celebran como si se acabara de dar un paso de gigante en el reconocimiento internacional de nuestra lengua, aunque no vuelva a pronunciar una interjección catalana nunca jamás. Pero cuando el presidente del club que paga a esos mercenarios millonarios pronuncia unas frases en castellano en el Congrés de Penyes, como deferencia a los participantes que no viven en Catalunya, entonces aparecen los santones que guardan las esencias por su cuenta y amonestan a Sandro Rosell.
Rosell ingresó en Òmnium Cultural en pleno periodo electoral barcelonista y a pocos días de la multitudinaria manifestación independentista. La reprimenda al socio dicen que fue amable, pero convenientemente filtrada para que todos tomemos nota de lo que les pasa a los desviacionistas; y viene a cuento porque dentro de unas semanas se celebrará el encuentro mundial de peñas azulgranas en San Sebastián y no sea que al presidente del Barça se le ocurra repetir la concesión.
Imagino que para esta próxima ocasión se cuidará Rosell de disponer de traducción simultánea, pero si no lo hiciera y hablara en castellano o en inglés, ¿sería Sandro un mal catalán y un pésimo presidente del Barça, por así hacerlo? Naturalmente que no, digan lo que digan los que simplifican la pervivencia de la nación con el monolingüismo. Más bien aparecería ante el mundo mundial como un catalán inteligente, educado y cosmopolita, cosa que también nos vendría bien.
El catalán tiene derecho a un trato preferencial como el que le dispensan las leyes para garantizar su salvaguarda. Lo que no se merece el país es el celo de ciertos guardianes, que acabará por vapulear nuestra vieja identidad de tierra de libertad. No vayamos a ingresar en los anales del cómic con una historieta en la que los locos no son los romanos, sino los galos.
Cada vez que uno de esos maravillosos jugadores del Barça recién llegados de países lejanos pronuncia unas breves y tópicas palabras en catalán, muchos lo celebran como si se acabara de dar un paso de gigante en el reconocimiento internacional de nuestra lengua, aunque no vuelva a pronunciar una interjección catalana nunca jamás. Pero cuando el presidente del club que paga a esos mercenarios millonarios pronuncia unas frases en castellano en el Congrés de Penyes, como deferencia a los participantes que no viven en Catalunya, entonces aparecen los santones que guardan las esencias por su cuenta y amonestan a Sandro Rosell.
Rosell ingresó en Òmnium Cultural en pleno periodo electoral barcelonista y a pocos días de la multitudinaria manifestación independentista. La reprimenda al socio dicen que fue amable, pero convenientemente filtrada para que todos tomemos nota de lo que les pasa a los desviacionistas; y viene a cuento porque dentro de unas semanas se celebrará el encuentro mundial de peñas azulgranas en San Sebastián y no sea que al presidente del Barça se le ocurra repetir la concesión.
Imagino que para esta próxima ocasión se cuidará Rosell de disponer de traducción simultánea, pero si no lo hiciera y hablara en castellano o en inglés, ¿sería Sandro un mal catalán y un pésimo presidente del Barça, por así hacerlo? Naturalmente que no, digan lo que digan los que simplifican la pervivencia de la nación con el monolingüismo. Más bien aparecería ante el mundo mundial como un catalán inteligente, educado y cosmopolita, cosa que también nos vendría bien.
El catalán tiene derecho a un trato preferencial como el que le dispensan las leyes para garantizar su salvaguarda. Lo que no se merece el país es el celo de ciertos guardianes, que acabará por vapulear nuestra vieja identidad de tierra de libertad. No vayamos a ingresar en los anales del cómic con una historieta en la que los locos no son los romanos, sino los galos.
jueves, 3 de marzo de 2011
No se puede ser nacionalista y socialista
Jesús Royo en La Voz Libre.
Porque el resultado es: nacionalsocialista. Hitler ya lo probó en Alemania,con el éxito de todos conocido. Y lo mismo Fidel Castro, que con las soflamas nacionalistas intenta justificar la miseria –miseria igualitaria, faltaría más –del pueblo cubano. Eso, y el miedo, todo hay que decirlo. El socialismo se rige por el principio igualitario: todos debemos contribuir con nuestro trabajo a la prosperidad colectiva, y ésta debe repartirse equitativamente según las necesidades de cada uno. En cambio, el nacionalismo nace del principio jerárquico y aristocrático: nosotros somos mejores que los demás, y por eso nos corresponde el mando y la parte del león. "Si parla en català, Déu li don glòria", "Les français d'abord", "Primer de tot, Catalunya", "Soy andaluz, casi ná", "España, lo único importante": todo son variantes de lo mismo, la distinción entre propios y extraños, que corresponde a la distinción entre buenos y malos, aptos e ineptos. Distinción que al final se resuelve en la reclamación de un privilegio, una prioridad, un chanchullo para mí o para mi familia. El derecho a no ser como los demás, a no hacer cola, vaya. El caso Millet es el paradigma, el fruto necesario del árbol venenoso del nacionalismo. Millet no es un caso excepcional, la oveja negra que hay en todas las familias. Es algo más: es la plasmación patética de que por la patria todo está permitido, que un lladre no es lo mismo que un ladrón, igual que un ocell no es lo mismo que un pájaro. El catalán tiene derecho a ir por el mundo con todo pagado, por el solo hecho de serlo. Millet roba, pero en catalán: luego no es tan grave. No roba tanto.
Eso lo teníamos clarísimo cuando éramos PSOE. Cuando el Estatut de Nuria, año 31 (que fue aprobado el 32, andanada militar de Sanjurjo mediante), el PSOE de Cataluña se plantó públicamente contra la transferencia de la enseñanza a la Generalitat: toda la enseñanza debía ser igual en toda España, y toda en castellano. Traducido, significa que ni hablar de fraccionar a la clase obrera: en su unidad radica su fuerza. A la burguesía catalana le podía interesar el sesgo regionalista en la educación de sus obreros (no de sus hijos, claro), porque así serían más controlables. Lo que obtuvo la Generalitat en cuanto a educación fue ridículo: la escuela catalana desde el 32 al 39 continuó siendo en castellano. Nadie se opuso. Y Franco, que cambioó tantas cosas en la escuela, no cambió casi nada, en cuanto a la lengua de las aulas. En algunas escuelas se daban unas cuantas horas de catalán, a veces en catalán, en horario de tarde. Las pocas escuelas de la Generalitat (entre ellas, el mítico "Institut-escola" de Marta Mata) eran bilingües. Los padres de entonces lo tenían claro: "el català ja el parlem a casa. A l'escola han d'aprendre el castellà". Curiosamente, el mismo argumento que usan los apologistas de la inmersión de ahora: los niños deben aprender en catalán, porque el castellano ya lo aprenden en casa y en la tele; además, con el catalán se llega no más lejos, pero sí más alto... Con el catalán, no tienes que hacer cola.
¿Qué ha cambiado para que hoy el PSOE en Cataluña, o sea el PSC, sea descaradamente nacionalista, a veces tanto como sus competidores de CIU y ERC? ¿Y qué ha cambiado para que el PSOE de España haya bajado la guardia, y dé por bueno lo que antes era inimaginable? ¿Por dónde se nos ha colado este aroma de nacionalismo, quizá dulzón, pero decididamente letal para la causa socialista?
Porque el resultado es: nacionalsocialista. Hitler ya lo probó en Alemania,con el éxito de todos conocido. Y lo mismo Fidel Castro, que con las soflamas nacionalistas intenta justificar la miseria –miseria igualitaria, faltaría más –del pueblo cubano. Eso, y el miedo, todo hay que decirlo. El socialismo se rige por el principio igualitario: todos debemos contribuir con nuestro trabajo a la prosperidad colectiva, y ésta debe repartirse equitativamente según las necesidades de cada uno. En cambio, el nacionalismo nace del principio jerárquico y aristocrático: nosotros somos mejores que los demás, y por eso nos corresponde el mando y la parte del león. "Si parla en català, Déu li don glòria", "Les français d'abord", "Primer de tot, Catalunya", "Soy andaluz, casi ná", "España, lo único importante": todo son variantes de lo mismo, la distinción entre propios y extraños, que corresponde a la distinción entre buenos y malos, aptos e ineptos. Distinción que al final se resuelve en la reclamación de un privilegio, una prioridad, un chanchullo para mí o para mi familia. El derecho a no ser como los demás, a no hacer cola, vaya. El caso Millet es el paradigma, el fruto necesario del árbol venenoso del nacionalismo. Millet no es un caso excepcional, la oveja negra que hay en todas las familias. Es algo más: es la plasmación patética de que por la patria todo está permitido, que un lladre no es lo mismo que un ladrón, igual que un ocell no es lo mismo que un pájaro. El catalán tiene derecho a ir por el mundo con todo pagado, por el solo hecho de serlo. Millet roba, pero en catalán: luego no es tan grave. No roba tanto.
Eso lo teníamos clarísimo cuando éramos PSOE. Cuando el Estatut de Nuria, año 31 (que fue aprobado el 32, andanada militar de Sanjurjo mediante), el PSOE de Cataluña se plantó públicamente contra la transferencia de la enseñanza a la Generalitat: toda la enseñanza debía ser igual en toda España, y toda en castellano. Traducido, significa que ni hablar de fraccionar a la clase obrera: en su unidad radica su fuerza. A la burguesía catalana le podía interesar el sesgo regionalista en la educación de sus obreros (no de sus hijos, claro), porque así serían más controlables. Lo que obtuvo la Generalitat en cuanto a educación fue ridículo: la escuela catalana desde el 32 al 39 continuó siendo en castellano. Nadie se opuso. Y Franco, que cambioó tantas cosas en la escuela, no cambió casi nada, en cuanto a la lengua de las aulas. En algunas escuelas se daban unas cuantas horas de catalán, a veces en catalán, en horario de tarde. Las pocas escuelas de la Generalitat (entre ellas, el mítico "Institut-escola" de Marta Mata) eran bilingües. Los padres de entonces lo tenían claro: "el català ja el parlem a casa. A l'escola han d'aprendre el castellà". Curiosamente, el mismo argumento que usan los apologistas de la inmersión de ahora: los niños deben aprender en catalán, porque el castellano ya lo aprenden en casa y en la tele; además, con el catalán se llega no más lejos, pero sí más alto... Con el catalán, no tienes que hacer cola.
¿Qué ha cambiado para que hoy el PSOE en Cataluña, o sea el PSC, sea descaradamente nacionalista, a veces tanto como sus competidores de CIU y ERC? ¿Y qué ha cambiado para que el PSOE de España haya bajado la guardia, y dé por bueno lo que antes era inimaginable? ¿Por dónde se nos ha colado este aroma de nacionalismo, quizá dulzón, pero decididamente letal para la causa socialista?
miércoles, 16 de febrero de 2011
La vida eterna
La situación democráticamente inadmisible llega a su colmo en países como España, donde el Gobierno -socialista, para mayor deshonra- admite la instrucción religiosa a modo de asignatura puntuable e impartida por profesores elegidos y cesados (frecuentemente a causa de supuestas razones morales: divorcio, etc.) por el obispado... aunque estén pagados por el erario público. A veces, para quebrar el monopolio de las iglesias mayoritarias en el campo educativo (católicas o protestantes en los países europeos), se propone la medida de costear oficialmente la formación en otras crencias. Amartya Sen ha señalado bien lo insatisfactorio de esta medida, tomada en la Inglaterra de Tony Blair: "En vez de reducir las escuelas financiadas por el Estado basadas en creencias religiosas, añadir en cambio otras -escuelas musulmanas, escuelas hindúes o escuelas chiitas- a las preexistentes escuelas cristianas, puede tener el efecto de reducir el papel del razonamiento que los niños deben tener la oportunidad de cultivar y usar. Y esto sucede en la época en que más se necesita ampliar el entendimiento de otra gente y otros grupos, y cuando la habilidad para emprender la toma razonada de decisiones es de particular importancia". No necesitamos escuelas para formar creyentes: florecen casi espontáneamente y siempre habrá más de los que quisiera la cordura; las necesitamos para formar seres pensantes, autónomos y críticos, de los que hay permanente carestía.
FERNANDO SAVATER, La vida eterna.
sábado, 5 de febrero de 2011
El pensamiento desordenado
Es posible que la mala calidad de la política, la incapacidad para el debate de altura, la parvedad de los argumentos, la inconsistencia de las convicciones tengan causas sociológicas estructurales y estén ligadas a nuestra historia ¿aquí la política se desprestigió en las dictaduras¿ y a un modelo de partidos que, vinculado a un mejorable sistema electoral, fomenta la docilidad y el clientelismo e impide la circulación de las élites. Sin embargo, sería deseable que la clase intelectual se implicase más en la denuncia de la mediocridad, aportara materia para el debate, ordenara el pensamiento ¿que nace de la libertad¿ y sirviera de acicate a una excelencia necesaria que no se atisba por parte alguna.
lunes, 24 de enero de 2011
Una novela de barrio. (y 8)
Bueno, pues quizá le haya hablado de la España que me convirtió en una dama: la España del hambre. Centenares de chicas llegaron a Barcelona con el estómago en pena y un porvenir en el vientre. Y yo les busqué trabajo para sus vientres, o sea, que les salvé la vida y de paso me conevrtí en una de las fuerzas vivas de este país. Porque este país se construyó con el hambre, no sé si tiene usted edad para saberlo. Pero si tiene edad para saber que ahora se sigue construyendo del mismo modo. Aunque no con el hambre de los españoles, sino con el de los inmigrantes. Hemos conseguido traspasar el hambre. Y siguen llegando miles de chicas que no tienen más que un porvenir, el de su vientre. Ésas, ¿sabe?, son mucho más tristes que las mías. Porque yo, a las mías, les daba cariño y una vida razonable. Yo era una dama.
Una novela de barrio. (7)
Y un momento después entraron ambos en un bar cercano, desde el que se veía la torre. El bar, lleno de obreros que acababan de terminar su jornada, estaba en un gran bloque de nichos verticales que representaba la armonía de los pueblos. Ostentaba un dulce nombre andaluz, anunciaba un anís castellano, tenía una fregona filipina y un camarero mahometano. Los clientes, venidos de las profundidades de dormitorios donde no cabía ni la mujer, hablaban de los resultados del fútbol y de la deuda acumulada sobre sus viviendas. Y en lugar de los viejos carteles marxistas sobre la unidad del proletariado, allí se podría haber escrito: "Hipotecados del mundo, uníos".
Se permitía fumar. Qué coño, allí estaba lo que quedaba de la vieja España de la cazalla, el pitillo y los muslos de la parienta. Un cartel en la puerta lo decía claramente: "Se insultará al que no fume".
viernes, 21 de enero de 2011
Una novela de barrio. (6)
-El caso es que todavía hay mucha gente que come mal, señor Méndez- dijo el dueño anticipado-, como usted mismo acaba de demostrar, y sólo compra en las casquerías, que antes eran parte de la historia gastronómica de nuestro pueblo. Hoy el proletariado, que soñaba con la revolución para cometer un bisté, casi ha desaparecido; pero existe el proletariado de los inmigrantes, que demuestran lo justo y perfecto que se ha hecho el mundo. La revolución social acabarán montándola ellos, cuando sean más que nosotros, de modo que es urgente que coman bien y crean en un chef antes que en Mahoma. La cocina es hoy el espíritu del pueblo, señor Méndez, y estamos llegando muy cerca de la perfección: nadie conoce la Constitución, pero la gente suele conocer la Guía Michelín.
jueves, 20 de enero de 2011
Una novela de barrio. (5)
-Pues los menús baratos se están acabando, señor Méndez: los precios suben porque la gente sólo piensa en comer. La gente ya no cree en los políticos, pero al menos cree en los chefs, y eso nos traerá una época de estabilidad y concordia. Ningún chef ha promovido una guerra civil, que se sepa, y ni ha hablado mal del presidente de las Cortes, que ya es decir. Cuando el país sea un comedero feliz, y la gente se pelee sólo por saber dónde se come mejor, se terminarán los problemas, aunque también terminará la historia.
Una novela de barrio. (4)
Cuando todas las cortesanas del país hayan vendido su parto a la tele y todas las mujeres de toreros hayan engañado a su marido con un toro, el país se aburrirá y volverá a lo principal, que es la guerra civil, los estatutos de autonomía y la unidad de España. Entonces habrá sitio para los periodistas como tú, aunque eso tiene una desventaja: mientras el país esté idiotizado con las aventuras de cama y no con nuestro destino histórico, nadie mata a nadie, a no ser a cornadas, y el día a día va tirando. En caso contrario, ya veremos.
Una novela de barrio. (3)
- No, no me mire de ese modo, y reflexione sobre lo que usted ha perdido. Ha ganado alguna cosa, como por ejemplo el matrimonio homosexual, pero no creo que usted, después de separarse de su mujer, vaya a casarse con un hombre. Ha perdido el derecho de fumar. Coño, hasta el de fumar. Ha perdido usted el derecho de hablar con una prostituta en la calle, aunque sólo sea para darle la hora. Y no digamos la pobre prostituta, hija del pueblo redimido, que tendrá que comunicarse con los clientes usando el sistema Morse. Como ciudadano pacífico, tendrá una serie de limitaciones que ni siquiera la dictadura le impuso. Los verdaderos dictadores son los reglamentistas, se lo digo yo, pero contra los reglamentisats no se hacen revoluciones. Al contrario, a veces se les aplaude y, desde luego, se les paga.
miércoles, 19 de enero de 2011
Una novela de barrio. (2)
Le decía que las masas mueren por nada, aunque su muerte, eso lo reconozco, les hace formar parte de esa visión estética que a veces tiene la historia. Vea los miles y miles que murieron en Barcelona defendiendo la causa republicana. ¿Qué obtuvieron? Una monarquía, lo que al fin y al cabo era un gran triunfo después de cuarenta años de dictadura. Pero esa monarquía, con gran sentido común, no les ayuda ni a buscar a sus muertos. Ha ayudado, eso sí, a que las masas tuvieran una segunda victoria: los llamados gobiernos de la izquierda. Pero, amigo mío, el primer gobierno de la izquierda comprendió también que había un mercado -por supuesto, superior a él- y rompió la norma sagrada de la seguridad en el trabajo para que el mercado se mantuviese. El segundo gobierno de la izquierda, esclavo de las multinacionales, abarata el despido. Ya me dirá usted qué coño han ganado los muertos. Los únicos que tenemos razón somos los realistas, como por ejemplo yo. Ya ve: yo pensé un lejano día que una segunda muerte me salía gratis, y en efecto me salió gratis. Por otra parte, no veo qué libertades individuales han ganado las masas. Sus libertades individuales son cero, son ninguna.
Una novela de barrio
Con este post empiezo una serie dedicada a recoger retazos de "Una novela de barrio", un libro escrito por Francisco González Ledesma. Una novela negra con el inspector Méndez de protagonista y que os recomiendo para este verano.
- Pues aún le falta conocer cosas, inspector, a la espera de que lo asciendan. Esta tierra del Poble Sec, antiguamente batida por los cañones de Montjuïc, siempre ha sido lugar de sufrimiento. Por aquí había unos solares que ya no existen -han sido edificados, claro- y en los que los comerciantes de carbón vaciaban su carga, y una vez en el suelo añadían agua al carbón, para que pesase más y así aumentar su negocio, añadían agua al carbón, para que pesase más y así aumentar su negocio, puesto que lo vendían por kilos. Eso significaba que un pobre hombre volvería a cargar a pala el carbón, ahora mucho más pesado. O sea, que el pobre hijo del pueblo tenía que cobrar menos que el valor del peso añadido por el agua, ya que de otro modo el negocio no habría salido a cuenta, y quién sabe si el capitalista se habría declarado en quiebra. Ahora la gente lo ha olvidado todo, como el niño ignora el dolor del parto de su madre. Créanme, los barrios cambian y entierran su memoria. Ahora sólo quedan cuatro viejos que lo han visto todo y sólo aspiran a morir en su calle, y cuatro nenas que no han visto nada y sólo aspiran a huir de su calle.
- Pues aún le falta conocer cosas, inspector, a la espera de que lo asciendan. Esta tierra del Poble Sec, antiguamente batida por los cañones de Montjuïc, siempre ha sido lugar de sufrimiento. Por aquí había unos solares que ya no existen -han sido edificados, claro- y en los que los comerciantes de carbón vaciaban su carga, y una vez en el suelo añadían agua al carbón, para que pesase más y así aumentar su negocio, añadían agua al carbón, para que pesase más y así aumentar su negocio, puesto que lo vendían por kilos. Eso significaba que un pobre hombre volvería a cargar a pala el carbón, ahora mucho más pesado. O sea, que el pobre hijo del pueblo tenía que cobrar menos que el valor del peso añadido por el agua, ya que de otro modo el negocio no habría salido a cuenta, y quién sabe si el capitalista se habría declarado en quiebra. Ahora la gente lo ha olvidado todo, como el niño ignora el dolor del parto de su madre. Créanme, los barrios cambian y entierran su memoria. Ahora sólo quedan cuatro viejos que lo han visto todo y sólo aspiran a morir en su calle, y cuatro nenas que no han visto nada y sólo aspiran a huir de su calle.
martes, 18 de enero de 2011
lunes, 17 de enero de 2011
¡Qué grande es Carlos Carnicero!
Carlos Carnicero en periodistadigital.com
Hay actitudes que traducen la esencia profunda del alma. Una de ellas es la falta de escrúpulos ante la ética de la conveniencia, por encima de la ética de los principios, de la solidaridad con los tuyos y de la honestidad personal.
El presidente de Gobierno ha terminado en manos de Pedrojota Ramírez, que además presume privada y públicamente de su ascendiente sobre el presidente de Gobierno. Como en tantas ocasiones de la historia de intrigas de este personaje singular del periodismo que se ha hecho millonario manejando la información de acuerdo a sus intereses, ahora está de asesor y psicólogo de cabecera de un presidente del Gobierno que será apuñalado porque es sabido que el escorpión usa el aguijón por la única razón de que lo tiene incorporado a su anatomía.
EL CEREBRO DE LA TRAMA, MIGUEL BARROSO
La historia viene de lejos. El padre de ese acercamiento, como de tantas ideas peregrinas, es Miguel Barrroso. Un hombre que siempre ha tenido un poderoso ascendente sobre el presidente Zapatero y que forma piña con el clan que durante mucho tiempo se ha reunido los domingos en La Moncloa, para jugar al basket con Zapatero en el verdadero consejo de ministros.
Por aquel entonces, recién llegado José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa, al secretario de estado de comunicación le rondaban dos preocupaciones.
La primera, “blanquear televisión española”. Esa es la expresión que utilizó conmigo. La segunda, ampliar el número de licencias de televisión en abierto para adjudicar una al grupo PRISA y la otra a sí mismo, a través de sus pactos y entendimientos con José Luis Contreras, amigo y participante con Barroso en peripecias televisivas y de asesoramiento político. Naturalmente Miguel Barrosos no tiene a su nombre ninguna acción de la empresa propietaria del ese canal de televisión. Faltaría más.
FAVORES A LA EX MUJER DE BARROSO
Por aquel entonces el secretario de estado de comunicación Miguel Barroso estaba en trámites de separación y Pedrojota se apresuró a ofrecer un importante contrato de periodista a la que pronto sería ex mujer del asesor de Zapatero, que luego contraería matrimonio con la actual ministra de Defensa, Carme Chacón. Sin duda, un alivio económico para quien se separaba con hijos.
En un mundo sutil en donde los favores se confunden con los méritos, no seré yo quien discuta la capacidad profesional de la persona contratada, pero lo que no cabe duda es que los favores Pedrojota. los cobra. Y además me parece que la persona contratada, una profesional del periodismo competente, hace bien el trabajo que se le encomendó. Ni un pero para ella. Que nadie entienda en esta información que se pone en cuestión la capacidad profesional de la ex mujer de Barroso. Lo que se indica aquí es la largueza de miras del director de El Mundo. Sus páginas están llenas de personas que le tienen que estar agradecidas, y eso él lo maneja como nadie.
En una entrevista de las muchas que tuvimos entonces, Miguel Barroso me pidió, “de parte del presidente”, un favor muy especial: que participara asiduamente en un programa que se iba a llamar “59 segundos” (naturalmente producido en los primeros y largos tiempos por su íntimo amigo Contreras) , en donde se iba a dar entrada a la derecha más dura, para demostrar la diferencia de talante de Rodríguez Zapatero en la utilización de la televisión pública. Cómo siempre la bonhomía del presidente tenía retranca.
"EL ÚNICO QUE PUEDE PARAR A PEDROJOTA ERES TÚ"
La frase textual que empleo conmigo el secretario de comunicación fue esta: “El presidente y yo creemos que el único periodista que le puede parar los pies en ese programa a Pedrojota Ramírez eres tu”. Ciertamente un halago referido a una disputa con uno de los periodistas más temidos de este país por la forma en la que utiliza la información como un estilete para su conveniencia.
Yo por aquel entonces vivía en La Habana y la petición de hacer dos programas consecutivos al mes en “59 segundos” entorpecía gravemente mis proyectos, pero por otra parte, tener un cara a cara con el periodista que yo considero más amoral de este país tenía para mi un gran atractivo. Hervía entonces la conspiración organizada por El Mundo alrededor del 11-M y todavía estaba reciente la petición expresa del voto a favor de Mariano Rajoy del director de El Mundo en plena jornada de reflexión en la que Pedrojota. insistía que el autor de la masacre de Atocha había sido ETA. (consúltense, por favor, las hemerotecas)
Accedí con dos condiciones. La primera, que yo me pagaría los viajes desde La Habana para que nadie aduciera trato de favor. Y la segunda, que mi retribución por participar en el programa tenía que ser exactamente la misma que la del director de El Mundo. Dije que esa era una cuestión de principios innegociable. Que no me importaba la cantidad sino la equidad. Si se trataba de desguazar dialécticamente a Pedrojota me parecía irrenunciable que la retribución fuera la misma. Así se me garantizó.
COMIENZA EL IDILIO...
Entonces no sabía yo que ya se había iniciado el idilio entre Pedrojota y Zapatero., con Barroso como Celestina. Como el secretario general del PSOE, que es obvio recordar que era diputado en el Congreso cuando explotó el asunto del GAL, nunca se ha considerado solidario con el partido que heredó de Felipe González, su acomodo a la amistad con Pedrojota no ofreció reparos morales. Muchos socialistas con edad suficiente entenderán a lo que me refiero: Pedrojota hizo todo lo que estuvo en su mano y más, para en convivencia con Baltasar Garzón tratar de que el presidente constitucional de España, Felipe González, acabara en prisión.
Comenzó el programa y cumplí mi parte. Tengo que decir que la disfruté y que aquellas discusiones en antena con quien tanta capacidad tenía y tiene para decir una cosa y la contraria me produjeron muchas satisfacciones personales. Y además, ver a Pedrojota llegar con sus guardaespaldas, en coche blindado, mientras yo llegaba en un taxi, alimentaba en mi una especie de vocación de David frente a un Goliat de los medios de comunicación. Me sentí cómodo en aquellas broncas que sinceramente creo que casi siempre gané por goleada.
Ocurrió que me enteré un día que después de una discusión memorable sobre la utilización que del 11-M hacía El Mundo, al salir del programa, Pedrojota Ramírez se dirigió, como tantas veces después, a cenar mano a mano con el presidente de Gobierno. Y yo me enteré porque en este Madrid de alcahuetes no hay secretos que cien años duren.
CARIÑITOS CON PEDROJOTA
Y yo me dije a mi mismo: basta de que yo me bata dialéctica con el director de El Mundo, que es para mi la manifestación menos respetable del periodismo más amarillo, y que el presidente del Gobierno y Miguel Barroso le den puntos de sutura y cariñitos en La Moncloa. Me sentí utilizado y decidí salir de esa situación sin escándalo, en silencio y sin dar otra explicación de que no me apetecía seguir asistiendo al programa. Tuve muchas llamadas para que reconsiderara mi posición pero es evidente que no lo hice.
Y hasta allí llegó mi participación en ese programa en el que recibía una importante cantidad de dinero por cada participación. Eso si, un año después de abandonar el programa -y por lo tanto sin que tuviera ninguna relación con mi decisión de retirarme- me enteré de que Pedrojota Ramírez cobraba tres veces más que yo. Ni en eso fue honrado Miguel Barroso. Mintió en todo lo que me dijo. Hasta me engañó en la única condición que puse.
EL NOMBRAMIENTO DE LUIS FERNÁNDEZ
Otro día explicaré como el presidente de Televisión Española, Luis Fernández, recién llegado a su puesto, en una comida en Currito, en la Casa de Campo, me sondeó para ver si me interesaría dirigir un periódico que entonces se estaba preparando: “Público”. Y yo le dije sorprendido: “pensaba que ese proyecto no era de televisión española”. Relaciono este hecho porque el nombramiento de Luis Fernández en RTVE fue obra personal de Miguel Barroso, quien cuando ya no era secretario de estado de comunicación, y utilizaba la dirección de la Casa de América para sus encomiendas políticas y personales por Latinoamérica, visitó a Luis Fernández en Miami para ofrecerle televisión española. Los amigos de Barroso y de Fernández siempre están en la pole position del poder de Zapatero. Pero esa es otra historia de cómo los amigos de Zapatero se han hecho ricos en la cercanía del poder que podré contar otro día.
Lo cierto es que una amistad entre el presidente de Gobierno y Pedrojota. Ramírez, que fue planificada, teniendo también en cuenta intereses personales y familiares, por Miguel Barroso no sólo ha perdurado hasta nuestros días sino que ha culminado en el hecho de que Zapatero rara vez toma decisiones importantes sin contrastarlas con el director de El Mundo. ¡Qué le vamos a hacer si la ética de la conveniencia ha sustituido a la ética de los principios¡ Estamos en una era en el que el posibilismo ha desplazado a las ideologías.
Hay actitudes que traducen la esencia profunda del alma. Una de ellas es la falta de escrúpulos ante la ética de la conveniencia, por encima de la ética de los principios, de la solidaridad con los tuyos y de la honestidad personal.
El presidente de Gobierno ha terminado en manos de Pedrojota Ramírez, que además presume privada y públicamente de su ascendiente sobre el presidente de Gobierno. Como en tantas ocasiones de la historia de intrigas de este personaje singular del periodismo que se ha hecho millonario manejando la información de acuerdo a sus intereses, ahora está de asesor y psicólogo de cabecera de un presidente del Gobierno que será apuñalado porque es sabido que el escorpión usa el aguijón por la única razón de que lo tiene incorporado a su anatomía.
EL CEREBRO DE LA TRAMA, MIGUEL BARROSO
La historia viene de lejos. El padre de ese acercamiento, como de tantas ideas peregrinas, es Miguel Barrroso. Un hombre que siempre ha tenido un poderoso ascendente sobre el presidente Zapatero y que forma piña con el clan que durante mucho tiempo se ha reunido los domingos en La Moncloa, para jugar al basket con Zapatero en el verdadero consejo de ministros.
Por aquel entonces, recién llegado José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa, al secretario de estado de comunicación le rondaban dos preocupaciones.
La primera, “blanquear televisión española”. Esa es la expresión que utilizó conmigo. La segunda, ampliar el número de licencias de televisión en abierto para adjudicar una al grupo PRISA y la otra a sí mismo, a través de sus pactos y entendimientos con José Luis Contreras, amigo y participante con Barroso en peripecias televisivas y de asesoramiento político. Naturalmente Miguel Barrosos no tiene a su nombre ninguna acción de la empresa propietaria del ese canal de televisión. Faltaría más.
FAVORES A LA EX MUJER DE BARROSO
Por aquel entonces el secretario de estado de comunicación Miguel Barroso estaba en trámites de separación y Pedrojota se apresuró a ofrecer un importante contrato de periodista a la que pronto sería ex mujer del asesor de Zapatero, que luego contraería matrimonio con la actual ministra de Defensa, Carme Chacón. Sin duda, un alivio económico para quien se separaba con hijos.
En un mundo sutil en donde los favores se confunden con los méritos, no seré yo quien discuta la capacidad profesional de la persona contratada, pero lo que no cabe duda es que los favores Pedrojota. los cobra. Y además me parece que la persona contratada, una profesional del periodismo competente, hace bien el trabajo que se le encomendó. Ni un pero para ella. Que nadie entienda en esta información que se pone en cuestión la capacidad profesional de la ex mujer de Barroso. Lo que se indica aquí es la largueza de miras del director de El Mundo. Sus páginas están llenas de personas que le tienen que estar agradecidas, y eso él lo maneja como nadie.
En una entrevista de las muchas que tuvimos entonces, Miguel Barroso me pidió, “de parte del presidente”, un favor muy especial: que participara asiduamente en un programa que se iba a llamar “59 segundos” (naturalmente producido en los primeros y largos tiempos por su íntimo amigo Contreras) , en donde se iba a dar entrada a la derecha más dura, para demostrar la diferencia de talante de Rodríguez Zapatero en la utilización de la televisión pública. Cómo siempre la bonhomía del presidente tenía retranca.
"EL ÚNICO QUE PUEDE PARAR A PEDROJOTA ERES TÚ"
La frase textual que empleo conmigo el secretario de comunicación fue esta: “El presidente y yo creemos que el único periodista que le puede parar los pies en ese programa a Pedrojota Ramírez eres tu”. Ciertamente un halago referido a una disputa con uno de los periodistas más temidos de este país por la forma en la que utiliza la información como un estilete para su conveniencia.
Yo por aquel entonces vivía en La Habana y la petición de hacer dos programas consecutivos al mes en “59 segundos” entorpecía gravemente mis proyectos, pero por otra parte, tener un cara a cara con el periodista que yo considero más amoral de este país tenía para mi un gran atractivo. Hervía entonces la conspiración organizada por El Mundo alrededor del 11-M y todavía estaba reciente la petición expresa del voto a favor de Mariano Rajoy del director de El Mundo en plena jornada de reflexión en la que Pedrojota. insistía que el autor de la masacre de Atocha había sido ETA. (consúltense, por favor, las hemerotecas)
Accedí con dos condiciones. La primera, que yo me pagaría los viajes desde La Habana para que nadie aduciera trato de favor. Y la segunda, que mi retribución por participar en el programa tenía que ser exactamente la misma que la del director de El Mundo. Dije que esa era una cuestión de principios innegociable. Que no me importaba la cantidad sino la equidad. Si se trataba de desguazar dialécticamente a Pedrojota me parecía irrenunciable que la retribución fuera la misma. Así se me garantizó.
COMIENZA EL IDILIO...
Entonces no sabía yo que ya se había iniciado el idilio entre Pedrojota y Zapatero., con Barroso como Celestina. Como el secretario general del PSOE, que es obvio recordar que era diputado en el Congreso cuando explotó el asunto del GAL, nunca se ha considerado solidario con el partido que heredó de Felipe González, su acomodo a la amistad con Pedrojota no ofreció reparos morales. Muchos socialistas con edad suficiente entenderán a lo que me refiero: Pedrojota hizo todo lo que estuvo en su mano y más, para en convivencia con Baltasar Garzón tratar de que el presidente constitucional de España, Felipe González, acabara en prisión.
Comenzó el programa y cumplí mi parte. Tengo que decir que la disfruté y que aquellas discusiones en antena con quien tanta capacidad tenía y tiene para decir una cosa y la contraria me produjeron muchas satisfacciones personales. Y además, ver a Pedrojota llegar con sus guardaespaldas, en coche blindado, mientras yo llegaba en un taxi, alimentaba en mi una especie de vocación de David frente a un Goliat de los medios de comunicación. Me sentí cómodo en aquellas broncas que sinceramente creo que casi siempre gané por goleada.
Ocurrió que me enteré un día que después de una discusión memorable sobre la utilización que del 11-M hacía El Mundo, al salir del programa, Pedrojota Ramírez se dirigió, como tantas veces después, a cenar mano a mano con el presidente de Gobierno. Y yo me enteré porque en este Madrid de alcahuetes no hay secretos que cien años duren.
CARIÑITOS CON PEDROJOTA
Y yo me dije a mi mismo: basta de que yo me bata dialéctica con el director de El Mundo, que es para mi la manifestación menos respetable del periodismo más amarillo, y que el presidente del Gobierno y Miguel Barroso le den puntos de sutura y cariñitos en La Moncloa. Me sentí utilizado y decidí salir de esa situación sin escándalo, en silencio y sin dar otra explicación de que no me apetecía seguir asistiendo al programa. Tuve muchas llamadas para que reconsiderara mi posición pero es evidente que no lo hice.
Y hasta allí llegó mi participación en ese programa en el que recibía una importante cantidad de dinero por cada participación. Eso si, un año después de abandonar el programa -y por lo tanto sin que tuviera ninguna relación con mi decisión de retirarme- me enteré de que Pedrojota Ramírez cobraba tres veces más que yo. Ni en eso fue honrado Miguel Barroso. Mintió en todo lo que me dijo. Hasta me engañó en la única condición que puse.
EL NOMBRAMIENTO DE LUIS FERNÁNDEZ
Otro día explicaré como el presidente de Televisión Española, Luis Fernández, recién llegado a su puesto, en una comida en Currito, en la Casa de Campo, me sondeó para ver si me interesaría dirigir un periódico que entonces se estaba preparando: “Público”. Y yo le dije sorprendido: “pensaba que ese proyecto no era de televisión española”. Relaciono este hecho porque el nombramiento de Luis Fernández en RTVE fue obra personal de Miguel Barroso, quien cuando ya no era secretario de estado de comunicación, y utilizaba la dirección de la Casa de América para sus encomiendas políticas y personales por Latinoamérica, visitó a Luis Fernández en Miami para ofrecerle televisión española. Los amigos de Barroso y de Fernández siempre están en la pole position del poder de Zapatero. Pero esa es otra historia de cómo los amigos de Zapatero se han hecho ricos en la cercanía del poder que podré contar otro día.
Lo cierto es que una amistad entre el presidente de Gobierno y Pedrojota. Ramírez, que fue planificada, teniendo también en cuenta intereses personales y familiares, por Miguel Barroso no sólo ha perdurado hasta nuestros días sino que ha culminado en el hecho de que Zapatero rara vez toma decisiones importantes sin contrastarlas con el director de El Mundo. ¡Qué le vamos a hacer si la ética de la conveniencia ha sustituido a la ética de los principios¡ Estamos en una era en el que el posibilismo ha desplazado a las ideologías.
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