lunes, 22 de diciembre de 2008

Etimológicos.


La opinión de Arcadi Espada, en El Mundo.



Cuando entonces, los comunistas decían “partido de lucha y de gobierno”. Creo que no había cinismo, en absoluto. Se había pasado de despreciar la democracia burguesa a entenderla como un terreno de juego más. Era el fondo del eurocomunismo de Berlinguer, Carrillo y (más o menos) Marchais. Y también la razón de que, en el ámbito local, el secretario general del Partido Comunista de España aceptara como propios la bandera de España, el himno y otros etcéteras. Los comunistas no abdicaban de sus utopías (seguían siendo comunistas a pesar del prefijo comercial) pero nunca despreciaron las instituciones con las que querían acabar. Muy al contrario de lo que hicieron siempre los aliados políticos de ETA, y muy al contrario, desde luego, de lo que hace Esquerra Republicana.

Es relativamente secundaria la cuantía del precio que tenga que pagar el diputado Joan Tardà por su muera el Borbón y su aseveración de que el Tribunal Constitucional está corrupto. Aunque es urgente que los que vocean, escriben o dibujan sepan a qué atenerse. Si Jiménez Losantos es condenado por acusar al alcalde de Madrid de traicionar a su partido y utilizar en beneficio político propio la matanza de Madrid; o si dos dibujantes de El Jueves son condenados por caricaturizar la actividad sexual de los Príncipes de España conviene precisar por qué un diputado puede ejercer gratuitamente su derecho a la metáfora o la caricatura. Lo digo para estudiar para diputado.

Sin embargo, una vez precisada y puesta en derecho la licencia Tardà habrá que ir a lo políticamente fundamental. Esto que se expresa de modo llamativo en la reunión de las dos últimas noticias que afectan a Esquerra Republicana: el muera de Tardà y los 60 viajes que ha hecho en los últimos años el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach. Esperando que el coste, la retórica y el objetivo de esos viajes queden pormenorizadamente descritos no hay duda de que representan sutilmente la cara institucional y amable (¡y tan amable!) de los republicanos. Hasta el punto de que no sería descabellado que a partir de ahora los republicanos cerraran sus mítines gritando: “Mori el Borbó, que ens paga viatges!” Porque el Rey y el más oscuro ciudadano son sinécdoques de un sistema público que paga, y refrenda lo que paga con cada acto impositivo y electoral, y que no tiene por qué admitir la doblez de cinismo y de gobierno del partido nacionalista.

No está escrito que los demócratas sean idiotas. Todo lo contrario. El idiota etimológico es aquel que no guarda la lealtad debida a los asuntos públicos. O sea como los etimológicos de Esquerra Republicana.

(Coda: «El idiota (del griego idiótes) era aquél que se preocupaba sólo sus intereses particulares, sin prestar atención a los asuntos públicos. Pronto esta palabra se convirtió en un insulto, ya que en la Antigüedad grecorromana la vida pública era de gran importancia para los hombres libres.»)

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