lunes, 15 de junio de 2009

Cataluña, en el centro del debate político


Fernando González Urbaneja en Estrella Digital.


La carpeta del Estatuto catalán viene desde la anterior legislatura, uno de esos asuntos que se complican solos. Zapatero imaginó tras sus imprevistos éxitos electorales que podía pasar a la historia por ser capaz de resolver problemas crónicos enquistados, pero ocurrió todo lo contrario. Fracasó en la negociación con los terroristas de ETA y también en las reformas estatutarias que no eran reclamadas por la opinión pública y en las que se embarcó con sorprendente ligereza. Y de paso se empantanó en una reforma de la financiación autonómica que puede ser necesaria pero que requiere fortaleza política del Gobierno central, algo que hoy está lejos de ser real.

El Tribunal Constitucional se sostiene en situación de prórroga desde hace más de un año (lo cual es una vergüenza institucional) por voluntad de los dos grandes partidos y así seguirá mientras no dé salida al recurso de inconstitucionalidad del Estatut que en su día presentó el PP.

Ahora, ni al Gobierno ni a la oposición, ni a los grupos catalanes, les interesa mantener esta situación eternamente. Ni tampoco a los agotados magistrados del Constitucional, que ya han debatido todo lo debatible y que tienen preparado el redactado de la sentencia pendiente sólo de decisiones últimas que pueden ser relevantes pero a las que únicamente les falta determinación por parte de los magistrados.

Despejado ese problema que producirá ruido unos días, la siguiente carpeta es la de la financiación autonómica, que el Gobierno quiere concluir antes de las vacaciones de agosto. Para el debilitado Zapatero, cerrar estos dos temas es una condición necesaria para encarar el próximo curso. Y empantanarse en ellos sería como dar pasos decisivos hacia el fracaso de la legislatura y el adelantamiento de las generales, incluso para simultanearlas con la catalanas, previstas para el otoño del próximo año.

Zapatero visitará Barcelona esta semana para inaugurar la nueva terminal 1 del aeropuerto de El Prat; una de las obras públicas financiadas por el Estado central que tienen carácter tan emblemático como lo tuvo el AVE en su día. La cuestión ahora será el buen funcionamiento del aeropuerto desde el primer día, mejorando lo que ocurrió en Barajas cuando se puso en marcha la T4. Y pasadas unas semanas se inaugurará también la desaladora de El Prat, que ha superado las pruebas de puesta en marcha y que evitará problemas de suministro de agua potable a la capital catalana para muchos años.

Cataluña entra como un cohete en la agenda política para aliviar tensiones internas en el socialismo y para abrir nuevas posibilidades de entendimiento entre los partidos, sin perder de vista a los populares, que quieren salir del rincón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario